La vida está llena de sorpresas

La vida está llena de sorpresas. Nunca me hubiese imaginado que en Malí haría una pequeña sesión de fotos de producto.
Todo empezó cuando conocimos a Mariane, la propietaria de Le Campement Kangaba. Un sitio maravilloso muy cerca de Bamako. Nos contó su historia que nos dejó fascinados. Hervé, su marido que fabrica instrumentos de percusión compró el terreno 10 años atrás porque se sentía culpable de utilizar tanta madera. Quería plantar árboles para compensarlo. Poco a poco gracias a las peticiones de sus amigos empezó a construir las primeras cabañas. Ahora es un bosque con 20 cabañas, piscina, camping, escuela de percusión…
Mariane es artesana y hace muebles de madera, al saber que yo soy fotógrafa enseguida me preguntó si hacía producto y cuantos días pensaba quedarme, que necesitaba un fotógrafo y en Malí sólo encuentra fotoperiodistas… La idea me emocionó, pero íbamos con mucho retraso y era imposible alargar nuestra estancia, una pena.
Esa noche, no paré de darle vueltas, y finalmente decidí dar yo un pasó adelante: haría unas fotos de un taburete que había en la habitación para que se hiciera una idea de mi manera de trabajar.

Pero no podían ser unas fotos normales. El Campament cuenta con una superficie de 20 hectáreas de terreno. En ellas se incluye una colina con vistas espectaculares. Ascender hasta lo más alto lleva entre 20 y 30 minutos según el ritmo que lleves. Allí quería hacer mi pequeño regalo para Mariane. En medio de la naturaleza que ellos (y yo) tanto aman. Así que a las 6 de la mañana del día siguiente nos despertamos, subimos hasta lo más alto de la colina con el taburete y este es el resultado.